En la galería Arte x Arte, Lavalleja 1062, en el barrio de Villa Crespo, el jueves 6 de noviembre a las 19hs se presenta el libro “Cabezas” de Luz Castillo.

Prólogo

De la nada, nada proviene y todo accionar tiene un origen, pero de ahí a que sepamos cuál es hay un largo camino.

Comencé mi romance con el arte desde muy temprana edad, pero las mujeres de mi generación, tengo 90 años, teníamos en esa época otras urgencias que nos imponía la sociedad: matrimonio, maternidad, hijos, hogar, marido, responsabilidades ineludibles que cumplíamos al pie de la letra. Es por eso que tuve que esperar a mis 40 años para decidir que había llegado la hora de empezar a hacer lo que quería sin sentirme culpable.

Con un título universitario y muchos años de investigación y enseñanza de la filosofía, creí que necesitaba más sentimiento y menos cabeza, más corazón y menos razón, y allí comenzó mi viaje estético.

Este periplo duró veinticinco años como artista y catorce como galerista, y puedo asegurar que fueron y son tiempos felices.

Después de “al principio era el logos” pasó a “al comienzo era el pincel”. Los colores, las telas, el orgiástico olor del óleo, los acrílicos, las tintas, los dibujos, la carbonilla, la sanguínea y los grabados llenaron mis días y mis noches. Más de ochenta exposiciones nacionales e internacionales colmaron mi vida y le dieron sentido a mi existencia.

He aquí que una mañana me levanté deseando hacer otra cosa, las dos dimensiones no me bastaban, quería crear un objeto que pudiera tocar, hundir, plasmar, amasar con mis manos, y allí aparecieron las cabezas. ¿Por qué cabezas? Nunca lo sabré.

Platón en su Timeo dice que la cabeza humana es la imagen del mundo y convenientemos que el genio griego es un señor que merece todo mi respeto. Si asimilamos la cabeza con la esfera ya está con el símbolo de la totalidad, podríamos suponer que la cabeza es el cielo.

Esta explicación puede o no ser verdad. Como toda explicación es totalmente racional, y para mí el arte es más que eso, es intuición, catarsis, sublimación de la muerte, en suma, espiritualidad.

Sé que es muy difícil de entender para los tiempos actuales la necesidad de espiritualidad que sentí desde mi más tierna infancia. Estamos en un mundo perdido, banalizado, violento, ignorante, exitista, robotizado y alienado.

La idea de alcanzar la más pura espiritualidad como bien supremo resulta, en el mejor de los casos, irrisorio. Yo vengo de ese mundo y no puedo cambiar, pido perdón por mi extravagancia.

Siempre prioricé lo egregio sobre lo vulgar, la calidad sobre la cantidad, la sabiduría sobre la viveza, el compromiso sobre la irresponsabilidad, la ética sobre el vale todo y el ser sobre el tener.

Los dejo aquí frente a un objeto de anticuario, la cabeza es algo que ha desaparecido y casi no se encuentra, salvo en casos muy aislados del mundo. Deben prestar atención y ser cuidadosos porque en cualquier momento tener una puede ser un pasaje directo a la cárcel oa la muerte.

No sé si estas cabezas tienen valor artístico, pero sí sé que me dieron una gran satisfacción hacerlas y que si alguno de ustedes siente algo frente a ellas mi misión está cumplida.

Luz Castillo

Entrada gratuita